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Semana 4
Nº 2: Crossdressing.
Sirius + James
(Marauders)
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La noche del baile de Navidad era la instancia en la que todos los alumnos de Hogwarts se armaban de valor para invitar a la persona que les quitaba el sueño. Nadie quería aparecer sin acompañante esa noche. Las chicas se vestían con las mejores galas y las joyas más brillantes, se aplicaban hechizos para arreglar sus cabellos y tomaban extrañas pócimas para desaparecer imperfecciones de su rostro. Los chicos, simplemente procuraban asistir con la chica más linda esa noche.
La noche del baile, era también la mejor ocasión para hacerse con los mejores chismes, quién uso qué, quién hizo qué y con quién, cuánto bebió ella, con cuántas se enrolló él...
Esa noche, todos esperaban por los cuatro Merodeadores. Siempre eran ellos el punto cúlmine de la noche. Aquellas que tenían la fortuna de acompañar a Sirius o James, o al callado de Remus Lupin, estarían en boca de todos durante el resto de año, incluso aquella desesperada que aceptara ir con Peter.
Cuando Remus Lupin apareció, vestido con un elegante traje color gris, acompañado de una delicada muchacha de negros cabellos, todos se asombraron. En Hogwarts, incluso los profesores, decían que Helena era la reencarnación de Rowena Ravenclaw. Helera era inteligente, hermosa y su seriedad le daba un toque de elegancia que pocas chicas de sexto año tenían. Esa noche, Helena llevaba un vestido azul con encajes en los brazos y una diadema de plata con un águila. El emblema de su casa.
Helena y Remus bajaron la larga escalera cuchicheando y sonriendo. No miraron, ni hablaron con nadie. Se perdieron entre la multitud dejando a todos curiosos por saber dónde estaban los demás.
Cuando apareció Peter Pettigrew, vestido con un extraño traje color mostaza y, acompañado de una rellenita y sonriente chica de Hufflepuff, a nadie pareció importarle. Así que pasó desapercibido entre la multitud hasta llegar con Remus.
-No puedo esperar a que lleguen Sirius y James. Será lo mejor. -dijo Peter sonriendo tontamente mientras tomaba de su ponche.
-Sigo sin estar de acuerdo con todo esto.
-Pero no los detuviste.
-Por favor Peter, ambos los conocemos...
Casi una hora después que sus dos amigos, apareció Sirius en lo alto de la escalera.
La música sonó más bajo, la multitud quedó en silencio y todas las miradas estaban puestas en él.
Sirius llevaba un traje negro como su cabello, y una camisa carmesí, sin abotonar completamente, que resaltaba su piel pálida. El cabello iba desordenado y húmedo, como si hubiera salido de la ducha hace un par de minutos.
Bajó, guiñando el ojo a cuanta chica se cruzaba con su mirada, acomodándose los mechones de cabello húmedo, sabiéndose el centro de atención y sonriendo a todo el mundo, a pesar de no tener pareja.
Aunque todos sabían que no tener pareja nunca había sido un problema para Sirius Black, pues si así se lo disponía, solo necesitaba sonreír para quitarle la pareja a cualquiera de los chicos del salón. Lo había hecho una vez en cuarto.
Al llegar al final de la escalera, se quedó ahí, mirando a la multitud, buscando exageradamente a alguien.
-No puedo creer que hayan hecho todo este montaje. -susurró Remus.
-¿Tú sabes quién es su acompañante, Remus? -Preguntó Helena a su lado.
-No, -mintió. -pero creo que lo sabremos pronto...
-Ha de ser la chica más afortunada. -dijo con voz chillona la bajita acompañante de Peter.
En lo alto, una muchacha de lentes y cabello desordenado esperaba por su acompañante. Sirius, al verla, sonrió radiante. La chica le miró de soslayo, casi irritada, e intentó acomodarse un mechón de pelo que escapaba de su desastroso moño. El vestido carmesí, a juego con la camisa de Sirius, tenía un cuello en V que pronunciaba descaradamente su escote y un tajo que dejaba ver parte de su pierna.
La chica bajó tambaleándose, pues los tacos parecían ser algo nuevo para ella, sin embargo, llegó hasta su acompañante y sonrió. Todos en el gran salón la miraban atónitos.
La chica se colgó del brazo de Sirius y caminó junto a él entremedio de la gente hasta llegar donde estaban sus amigos.
-Hola chicos. -Saludó Sirius sin quitar la sonrisa del rostro, sosteniendo a su acompañante. -¿Qué tal va la noche?
-... De locos. -Cortó la acompañante de Remus sin poder despegar la mirada del escote improvisado con papel higiénico de la chica junto a Sirius.
-Peter... -Susurró despacio Emma, con los ojos abiertos como platos. -La acompañante de Sirius tiene pelos en las piernas... pelos muy grandres.
-Sí. -Le afirmó Sirius, provocando que la pobre Hufflepuff se sonrojara escandalosamente. -Es una naturista, le gustan las cosas así. Mira bajo sus brazos.
Sin que nadie pudiera evitarlo, Sirius tomó el brazo de su acompañante y lo levanto lo suficiente como para dejar ver una extensa y oscura mata de vellos axilares. La chica se sonrojó, pero no dijo nada.
-Por Merlin... -Exclamó indignado Remus. -Ven Helena, vamos a buscar ponche.
Sirius logró su cometido. Bailó toda la noche con su acompañante y no dejó ni por un segundo de ser el centro de atención. Durante el resto del año, miles de rumores se crearon sobre la misteriosa chica que acompañó a Sirius Black al baile de Navidad. Algunos decían que era un fantasma del sexto piso que Sirius convenció de ser su acompañante. Otros, decían que era un hechizo y que en realidad la chica nunca existió. Los más imaginativos decían que Sirius trajo a la chica de afuera con polvos flu, y los más polémicos se atrevían a decir que la chica murió de felicidad y que la familia Black sobornó a Dumbledore para que no se supiera nada.
Lo cierto era que nadie lograba acercarse a la realidad de los hechos.
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-Este año Lily me dirá que sí. Podría apostar mi cabeza. -Suspiró James, con el tono cargado de esperanza.
Sirius, James, Remus y Peter estaban acostados sobre las camas, en su habitación, comiendo grajeas y perdiendo el tiempo en vez de hacer sus deberes. Excepto Remus, él ya los tenía hechos.
-Entonces creo que perderás la cabeza, Jimmy.
-Cállate pulgoso, estoy seguro.
-Enviaré una lechuza a tu madre, será mejor que comience con los preparativos para tu funeral ahora.
-¿Qué quieres perder, Canuto?
-¿Qué quieres perder tú, Cornamenta?
-Tendrás que ir un día completo vestido de chica. ¡No! Mejor aún, una semana completa. -Dijo James divertido.
-Trato. Pero si Lily no acepta ir contigo al baile, tendrás que ser mi acompañante.
-¿Qué? -James se tragó una grajea y se incorporó en la cama para mirar a Sirius.
-Si Lily no va contigo al baile, tú tendrás que ir al baile conmigo, como mi acompañante, vestido de mujer.
-Sé que Lily dirá que sí. -Dijo James seguro. -Así que comienza a buscar quien pueda prestarte una falda.
"Sé que Lily dirá que sí..." se repitió James cada noche hasta la noche del baile.
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Izu: Nº 21: Matchmaker.
Andy: Nº 5: AU: Harry Potter.
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